Tira La Foto Tia
Salvador de Bahía, Brasil 2007
Mis ojos se llenan de alegría cuando veo mi querido chofer Israel en el aeropuerto. Su rostro sonriente me pone inmediatamente de buen humor.
Esta vez puedo finalmente hablarle tranquilamente y puedo entenderlo. Mis mejorías en Portugués van al mismo ritmo de mi amor por esta ciudad increíble. Estar nuevamente en Salvador es el equivalente de estar en La Habana al comienzo de los años noventas.
Mucho antes de llegar sentí que iba a ser un buen taller. Lo sabia
porque los cuatro estudiantes ya habían estudiado conmigo. Al final de estos diez días fantásticos el grupo (Tira a Foto Tía) era una realidad. La expresión utilizada constantemente por la infinidad de niños fotografiados fue adoptada como el nombre del grupo: una manera más de recordar estos días intensos y llenos de vida.
Muchos son los recuerdos inolvidables que compartimos y fotografiamos, pero aquella tarde con mestre Indio, el grande maestro de Capoeira, impartiendo gratuitamente a los niños de la favela en la cual vive, siempre quedará dentro de mi. Ver todos estos niños y niñas aprender las habilidades de esta arte marcial tan seductora me conmovió.
La grande generosidad con la cual nos dieron la bienvenida fue repagada con la generosidad del grupo.
Considero que las imágenes reflejen este intercambio de energías y karmas positivas.
Tuvimos el privilegio de vivir otros encuentros especiales en la ex fabrica de chocolate, en el gimnasio de boxeo, en el remoto pueblo de pescadores donde espero transcurrir 5 días en el taller del próximo año.
Brasil, Brasil estoy tan contento que te encontré. Junto a tu gente, tu mar, tus playas, tu sol y tu cultura me nutre el alma. No veo la hora de regresar. EB
