Regulin
Nueva York, EU 2008
Uno de los aspectos más fascinantes de la fotografía es la posibilidad que tienen los fotógrafos de enseñar cómo se sienten respecto a la vida que los rodea; cada uno con una mirada diferente, particular. Esta consideración no podría ser más pertinente sino al referirme a mi taller en Nueva York, dónde mis tres estudiantes, provenientes de Italia, España y EE UU, me enseñaron un Nueva York que les pertenecía sólo a ellos, único.
Como siempre, mis grupos de estudiantes y yo logramos crear una atmósfera bastante íntima, de gran compañerismo, algo que se ha convertido en uno de los aspectos más sobresalientes de mis talleres. Este taller en Nueva York no fue la excepción.
Me encantó como Jack, un señor 100% americano, hablaba suficientemente bien el italiano como para comunicarse con Patricio, que solamente hablaba su idioma natal. Y Viky, una dulce y gentil alma española, tomó unas de las fotos más lindas que he visto de Nueva York en mis talleres. Fotografías sacadas en lugares y situaciones muy diferentes, a diferentes horas del día.
Jack y Patricio, después de asimilar algunas sugerencias de mi enseñanza, empezaron a hablar mi mismo idioma fotográfico y comenzaron a crear fotografías personales también.
La idea de dar el taller durante el desfile de las Sirenas (Mermaidsparade) fue buena. Coney Island fue uno de los lugares preferidos del grupo. Estar en el Parque Central bajo una abundante lluvia de verano también fue algo muy especial.
Como siempre la deliciosa comida de Sissy nos levantó el ánimo. La calida energía que logramos crear como grupo simplemente compartiendo nuestro amor por la vida y la fotografía hizo el resto. El grupo Regulin (una expresión española para decir que una foto no es muy buena, que Viky repetía constantemente) se convirtió en otra pequeña estrella entre mis queridos talleres. EB
