Porque No?

Oaxaca, Mexico 2009

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®Judy Babinsky

He regresado a Oaxaca nuevamente para enseñar otro taller durante las celebraciones del Día de los Muertos. En los últimos ocho años he tenido el inmenso privilegio de regresar aquí. Es un pensamiento increíble que sólo revela que esto no puede ser una mera coincidencia: creo firmemente que es un lugar fundamental en mi destino fotográfico.

Los cinco estudiantes que llevaron el taller compartían el mismo entusiasmo respecto al libro BazanCuba. Fue el denominador común que congregó a todos en este lugar. Uno de ellos ni siquiera tenía una copia del libro, pero se decidió a llevar el taller luego de leer un entrevista on line sobre éste.
Lo que vivimos juntos fue tanto nuevo como ya vivido para mí. Sin embargo, presenciar los mismos rituales en los mismos lugares pareciera revelar, por momentos, que hay más oportunidades para el espectador de ver los mismos momentos bajo una nueva luz. Trabajamos muy duro hasta el último día del taller, con falta de sueño pero no de esperanza de captar pedacitos de vida, que en el proceso fotográfico personal se convirtieron en ficciones nacidas a partir de lo que cada uno interpretó luego de ver lo que sucedía delante de nuestros ojos.
A lo que nunca me acostumbraré es al hecho de saber que la percepción de la realidad en cada persona es totalmente única y distinta. Una vez más, la Diosa de la Fotografía nos ayudó a reconocer otro verdadero milagro. Estoy orgulloso de lo que cada uno logró con trabajo duro y simplemente por seguir mis consejos cada día.

Judy, volviendo a su tercer taller en Oaxaca, tomó imágenes a color más bellas y conmovedoras; Stan aplicó su visión en su andar diario logrando capturar algunas verdaderas y complejas joyas; John, luego de sus dudas iniciales, pasó la prueba de abordar las celebraciones al crear algunas imágenes muy personales e íntimas; David entendió perfectamente desde el principio lo que significan los planos, creando sorprendentes imágenes con elementos secundarios y terciarios; y el último pero no el menos importante, Carlos, que logró romper el molde del fotoperiodismo en el que estaba tomando poderosas, conmovedoras y vívidas imágenes.
Lo que hizo este taller aún más significativo fue el experimentar juntos la primera edición rígida de mi trabajo de Cuba en color, el cual, Dios mediante, será mi siguiente libro a publicar. Gracias a la ayuda y sugerencias de todos mis estudiantes algunas imágenes fueron finalmente eliminadas. Algunas otras sufrieron cambios en el orden de la secuencia. Otras fueron nominadas como posibles portadas. La edición fotográfica comunitaria tuvo lugar una vez más. Vendrán más sesiones como ésta.

EB

 

 

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