Galería Give Me Five

Oaxaca, México 2016

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® Archana Kumar

 

Recuerdo claramente la primera vez que oí la música de Pánfilo y sus cinco hermanos, la música de los Huehuentones. Fue en el pueblo de Carrizal en un salón abierto agarrado a una ladera. En realidad, sentí mucho más que la música. Lo escuché en la alegría y el abandono puro con el cual la gente con máscaras estaban bailando. Y entonces lo oí una y otra vez, y cada vez la intensidad de mi respuesta fue la misma.

Yo sé que no ocurrió por accidente. Aconteció porque Ernesto ha trabajado para ganarse la confianza y el amor de la hermosa gente mazateca. Y por eso no lo estábamos fotografiando como si fuéramos solamente extraños curiosos. Estábamos dentro de su cultura con ellos, y los momentos se revelaron solos.
No serán sólo los Huehuentones que se quedarán conmigo para siempre. También la familia Estevedo celebrando el séptimo aniversario de la muerte de su padre. Ernesto, el hombre que susurra, le susurró algunas palabras, y para nuestra sorpresa, nos invitaron a comer y beber con ellos y luego los acompañamos al cementerio. Lloré con su esposa cuando vi y sentí sus emociones en el cementerio.

La severa edición de Ernesto, aunque inicialmente inquietante, me ayudó a ver mejor. Al mirar a través del visor puedo oír la voz de Ernesto que me dice: ‘que es lo que va a destruir su imagen’ o ‘la imagen está demasiado estática, o insuficiente’, o ‘hay demasiada bolsas de plomo en este encuadre’. Lo que más me ha gustado durante las sesiones de edición ha sido la edición coral.
Ernesto no sólo nos ha ayudado a editar nuestras fotos, sino también nos invitó a editar su trabajo y lo de algunos estudiantes cuyas fotografías se convertirán en futuros libros. De esta manera, todos éramos vulnerables y parafraseando las palabras de Ernesto: ”lo único que hago es simplemente facilitar que lo mejor de cada uno de ustedes se revele. Esta es la señal de un gran maestro.

Archana Kumar

 



 

® Calvin Chen

 

“La neta del planeta”, una frase pronunciada por mi buen amigo mexicano Juan de la Cruz durante nuestras muchas discusiones acerca de la vida y la fotografía. Esto significa la verdad de la verdad. Y creo que encapsula lo que intentamos lograr durante el taller. Este curso ha ido mucho más allá de la fotografía, se ha convertido en una investigación que nos une a la verdad que está a nuestro alrededor, y, aún más importante, a las diferentes verdades que se encuentran dentro de nosotros.
Juan es uno de los fotógrafos de más talento que conozco, ha trabajado durante años para este proyecto único y personal sobre México. Las fotos pueden ser oscuras y amenazantes, pero increíblemente conmovedoras y auténticas. Todavía Juan recuerda el momento en que sus fotos estaban colgadas en la pared de su habitación durante meses, hasta que un día se dio cuenta de que cada foto era un reflejo de sí mismo. Tenía miedo, miedo de lo que estas fotos revelan de sí mismo, miedo de lo que había en su alma.
Le dije a Juan, no tienes ninguna razón para tener miedo, porque cada uno de nosotros tiene capas sobre capas, y que pocos de nosotros se toman el tiempo para profundizarlas, e incluso menos tienen el valor para mostrarlas. La fotografía se ha convertido para nosotros en el increíble barco que nos lleva a nuestra alma.
Mis fotos han cambiado. Mi visión ha cambiado. Mi vida nunca será la misma.
A Ernesto y Juan, nunca hubiera podido pedir más.

Calvin Chen

 



 

® Frank Baudino

 

Asistí a muchos talleres con Ernesto, al menos quince. Pero en ningún taller anterior mi visión fotográfica ha cambiado tan radicalmente como en este. La fotografía es considerada por muchos como un medio para grabar y, a veces, interpretar. Y generalmente se considera como un medio para registrar la realidad y, en su mejor expresión, para embellecerla. Consideren los paisajes de Ansel Adams: altamente manipulados, sí, pero todavía firmemente anclados a la realidad. La fotografía no se clasifica generalmente en la misma forma que, por ejemplo, la escultura o la pintura. Sin embargo, un fotógrafo influyente me dijo una vez que la fotografía es en realidad una arte plástica y durante este taller con Ernesto en Oaxaca por fin tomé conciencia que es así.

Estoy empezando a aprender cómo tomar fotografías no de las cosas como son, sino cómo podrían ser. El blanco y negro es un medio ideal para hacer esto, es menos complicado que la realidad en color y puede ser profundamente manipulado para expresar significado. Esto representa un gran reto para mí. Durante los años de práctica en el cuarto oscuro y Photoshop he desarrollado la capacidad de mostrar una imagen en blanco y negro con muchas interpretaciones y diferentes contrastes tonales.
Pero todavía me resulta difícil obtener una imagen como una realidad alterada: su quintaesencia. Por lo menos ahora tengo una mejor idea de lo que estoy buscando.

Hipócrates debe haber tenido la fotografía en mente cuando dijo: “La vida es corta, el arte es largo, la oportunidad fugaz, la experiencia traicionera, el juicio difícil.”

Estoy profundamente agradecido a Ernesto, Juan, y los otros estudiantes en este taller para el apoyo y la orientación que me dieron para ayudarme con el crecimiento de mi visión. También estoy profundamente agradecido a la maravillosa gente de Oaxaca, Huaultla, Mazatlán y otros pueblos pequeños que han tolerado con delicadeza nuestro grupo de gringos locos.

Frank Baudino

 



 

® Kios Garcia

 

No hay palabras precisas para expresar el agradecimiento a la vida por permitirme de haber vivido esta experiencia que sin duda será un momento muy especial en mi vida y en mi forma de ver la fotografía.
A partir de ahora ha cambiado mi forma de ver a mi propia gente y darme cuenta de que es muy importante seguir fotografiando. Estoy muy agradecido con Ernesto por guiarnos en este camino que sabemos que no es fácil. Me parece increíble que él siempre tiene “algo o alguien” que lo guía y sin duda Ernesto tiene un don en su enseñanza. Me asombra su capacidad para relacionarse con la gente y hacer una amistad tan rápida y elegantemente.
Si alguien tiene la oportunidad de tomar este taller le aseguro que cambiará totalmente su forma de ver las cosas. Les dejo una frase que he escuchado de Ernesto.

Kios García

 



 

® Linda Omelianchuk

 

“Todo lo que acontece a nuestro alrededor puede ser fuente de inspiración”. Ernesto Bazán.

Este fue el segundo año que he tenido el privilegio de estar con Ernesto en México, y pude sentir las bendiciones de su consejo de volver a fotografiar en el mismo lugar. Sentí de nuevo la belleza y la amabilidad de la gente mexicana, pero de una manera nueva, y pude ver más profundamente su cultura y la vida cotidiana. Nuestras guías llenas de talento y súper confiable, Ernesto y Juan, usaron toda su capacidad de percepción con la gente y su instinto para encontrar situaciones espontáneas y llenar nuestros días con auténticas oportunidades fotográficas. Gracias por llevarnos y ser, al mismo tiempo, uno de nosotros.

Y, por supuesto, siempre ha habido el tiempo precioso de la edición diaria. Es sorprendente cómo Ernesto puede ver en el corazón y la mente de un fotógrafo mientras se hace la edición de nuestras fotografías. Me encanta que él es tan honesto al explicar en detalle por qué una imagen funciona o no, y lo que funciona en las pocas imágenes que logran ir más allá de la norma. Quiero seguir a volver a estudiar con un hombre que nos cuida y que comprende y comparte con todos nosotros lo que es importante en la vida y que es, al mismo tiempo, un fotógrafo inspirador.

Linda Omelianchuk

 



 

® Odette Veneziano

 

Una verdadera magia y unos milagros se han creado en México… inspirada por el pueblo mexicanos, Ernesto, nuestro maestro, y mis compañeros en este viaje sagrado en Oaxaca (gracias Linda, Archana, Kios, Calvin, Frank, Rob, Juan y, por supuesto, nuestro líder, Ernesto). Mi corazón y mi cabeza todavía están llenas de experiencias de nuestro viaje profundo en la zona rural del estado de Oaxaca, durante las celebraciones de ‘Día de los Muertos’. Las celebraciones siempre me han conmovido profundamente, pero haber podido ver cada día momentos especiales del día fue la verdadera fiesta. Este fue mi primer taller con Ernesto y estoy segura que no será el último. Me encantó cada minuto precioso y me siento hambrienta en querer hacer más mágica mis fotografías y de ir más allá de lo que me enfrento con el don bendito de mis ojos, de mi mente y corazón, y de ser capaz de compartir mi nuevo trabajo con el mundo en el que vivo.
He tomado otros talleres de fotografía en los cuales aprendí y donde me sentí inspirada, pero esta experiencia ha sido muy diferente. La sabiduría y la inspiración surgida durante los catorce días juntos se debe en el haber creído y visto la vida de una manera diferente con la ayuda de Ernesto y mis compañeros. La energía, la pasión, la intuición y el corazón de Ernesto han permitido que cada uno de nosotros se fuese más allá creando trabajos significativos y sorprendentes que muestran la belleza y el alma de las personas y lugares que hemos compartidos. Ya no soy la misma persona o la misma fotógrafa gracias a estar en México con Ernesto y su equipo. Ernesto Bravo por una experiencia que me ha cambiado la vida.

Odette Veneziano

 



 

® Rob Putseys

 

En 2012, accidentalmente me tropecé con unas fotografías de Ernesto Bazán y de sus talleres. Leí un artículo entusiasta acerca de la fotografía y la vida de Ernesto en una revista flamenca, donde se ilustraban principalmente sus fotografías cubanas del libro ‘Al Campo’. Como suelo hacer con las cosas que me parecen interesantes, guardé este artículo y anoté su página web.

En aquel momento era miembro de un club de fotografía de aficionados. Dejé el club hace algún tiempo porque no me gusta la forma en que veían la fotografía, y la importancia que le daban en hacer ”bellas” imágenes, especialmente utilizando Photoshop. Pero quería seguir expresando lo que veía y sentía en la vida a través de la fotografía, y todavía estaba con ganas de aprender cómo poder desarrollar mi propio estilo.

En internet hay una amplia oferta de talleres organizados por fotógrafos profesionales. Volviendo al sitio de Ernesto Bazán, sentí que se diferencia de los demás especialmente por las galerías con las fotografías de sus estudiantes desde 2002 y decidí matricularme en su taller de catorce días en Oaxaca. Bastante largo, pensé, para refinar o incluso cambiar mi visión fotográfica.

Resultó ser la mejor opción que he podido hacer gracias a la personalidad y el compromiso de Ernesto. Es muy exigente, y te empujas mucho más de los límites de lo que tú crees que eres capaz de hacer. Te ayuda a encontrar calidades dentro de tú mismo. Su compromiso constante, su inmensa energía para mejorar nuestros conocimientos fotográficos y nuestro crecimiento personal realmente me han sorprendido. Este taller no sólo fue un curso de fotografía, sino también una lección de vida.

Además de editar el grupo de fotos diarias sacadas por cada uno de nosotros, he tenido el privilegio de descubrir y discutir nuevos proyectos fotográficos de Ernesto y los fotógrafos más avanzados del grupo.
Otra manera de perfeccionar tu visión artística.
Este taller en Oaxaca fue el decimosexto curso seguido que Ernesto impartía aquí. Tuvimos el privilegio de alojarnos en pequeños pueblos de la sierra cerca de la ciudad de Oaxaca y ser testigos de algunas tradiciones seculares aún con vida.

En unos de sus correo electrónico antes de que decidiera inscribirme en el taller, Ernesto me escribió: “Creo que puedo ayudarte a desarrollar un lenguaje más poético y personal” y tuvo éxito!
Antes de salir de Oaxaca, Ernesto me dio el consejo de seguir tomando fotos, no sólo en tierras lejanas, sino también en Bélgica y en mi ciudad. Estoy siguiendo su consejo, pero espero de encontrarme pronto con Ernesto y sus estudiantes en otro taller del la BPW.

Robert Putseys

 


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