Castelos de Areja

Salvador de Bahia, Brasil 2011

Junto con Elena acabamos de concluir el último taller del 2011. Nos miramos en los ojos y no podemos que sonreír, que sentirnos satisfechos pero no solamente por las bellísimas fotos que sacó. Nos sentimos feliz que nuestro espíritu supo resistir, supo superar la melancolía y la tristeza que nos confesamos.
Diez largos y maravillosos días fotografiando verdaderas ceremonias de candomblè, donde los dos percibimos esta voluntad divina que desde varios años quiere que este’ aquí a fotografiar, a compartir con mis estudiantes esta realidad mágica; fotografiando la extraordinaria belleza de las cosas sencillas como diría mi querido Raymond Carver.
Viniendo aquí por tercera vez a estudiar conmigo, Elena demostró de haber aprendido diferentes cosas importantes para nosotros los fotógrafos: la paciencia, la perseverancia, la humildad, la generosidad, y la alegría de vivir sin las cuales nuestras fotografías aparecieran estériles y superficiales. Su trabajo sobre Brasil ha salido reforzado y profundizado. Ha recorrido un largo camino esta turista italiana encontrada por casualidad en las montañas de Perú.
Dedicamos el nombre del grupo a las palabras de esta poesía de Lincon Roberto Endo que cuando escuché, entendí en seguida que no podía ser de otra manera. Até mais. EB