Galería Under the Rain
El Valle Sagrado y Cuzco, Perú 2010
® Angela Zhou
Ésta es la primera vez que he estado en Sudamérica. Tenía muchas expectativas respecto a Perú antes de mi llegada a ese país, y debo decir que muchas de ellas fueron satisfechas. Sabía que este viaje no sería tan fácil como alguno de los otros porque sería principalmente un taller de fotografía callejera. Siempre he querido hacer fotografía callejera, me interesa muchísimo. Para mí, la fotografía no es algo que puedas aprender a través de charlas o de un libro. La única manera de hacer fotografías es saliendo con tu cámara y capturando imágenes. Siempre quise tener un momento en que no hiciera nada que no fuera tomar fotografías. Para mi suerte, este viaje me dio esa oportunidad. Lo mejor fue que Ernesto Bazan, un gran fotógrafo callejero, realmente nos acompañaría en este viaje y criticaría nuestro trabajo para que podamos saber mejor el verdadero significado de la fotografía callejera. No empecé muy bien. En realidad, nunca había tomado fotos digitales y tampoco estaba familiarizada con el proceso de edición. Antes de este viaje, mis problemas siempre fueron encuadrar y componer. Ernesto siempre decía: “cuando miren a través de la cámara tienen que imaginar el resultado visual de lo que decidan encuadrar”. Suena vago pero sus comentarios me ayudaron mucho. Desde ese momento dejé de tomar fotografías que no tuvieran algún sentido, y empecé a buscar “momentos fotográficos”, además de decidir a través de la cámara cómo componer los elementos de la mejor manera. No solo me enfoqué en mi sujeto sino también en su entorno, tratando de asegurarme que todo funcione en conjunto. Ernesto también nos dio otro gran consejo sobre la fotografía en general. Mencionó que en casi todos los casos es mejor que el sujeto no mire directamente a la cámara, porque sin mirar puede revelar sus sentimientos de una forma más natural. También dijo que no cortemos al sujeto ni a su entorno de una manera que pueda verse extraña. Creo que siempre recordaré esos consejos y los aplicaré a futuro en mi fotografía. Esta ha sido una gran experiencia y me encantaría volver a vivirla en algún otro lugar el próximo año!
Angela Zhou
® Carlotta Kohl
® Claire Holmes
Este año viajé a Perú por el M-term y aprendí sobre fotografía callejera. Ernesto Bazan me enseñó sobre buena composición y a capturar un momento que sea significativo. Nos enseñó a detectar elementos distrayentes en nuestra composición y a evitar que la gente que fotografiáramos no mire directamente a la cámara. También pude ver los efectos de desastres naturales desde la perspectiva de los afectados que tuvieron que afrontarlos. Me vi cara a cara con un pueblo que fue casi totalmente destruido. Durante el día caminábamos libremente por los pueblos para que cada uno pudiera capturar momentos de forma individual. Esto me enseñó a hacer interesantes momentos ordinarios de la vida cotidiana de la gente en Perú. También me ayudó a entender las diferencias culturales en ese país. Si encontraba la puerta de alguna casa abierta y entraba, ellos no se preocupaban, tampoco que los observaran. Lo más difícil de la fotografía callejera es hacer interesante a una fotografía. Es fácil solo tomar fotos, pero para hacer especial una foto tiene que haber una emoción o una historia que el espectador pueda intuir o preguntarse respecto a ella. Las buenas imágenes dejan un testimonio que es más complejo que una imagen que solo diga “aquí está el sujeto”. También es importante que no haya ningún elemento distrayente en el fondo. A menudo los elementos en el fondo ayudan a hacer más interesante una fotografía, pero hay un frágil equilibrio que hace la diferencia. Entendí que no es fácil sacar una fotografía con sentido. También descubrí que algunos días pueden ser más duros que otros. El segundo y último día del taller de Ernesto visitamos un pueblo que había sido duramente afectado por un deslizamiento de tierra dos noches anteriores a nuestra llegada. El pueblo había sido casi completamente destruído y cuatro personas murieron. También habían animales muertos tirados por las calles y la gente estaba haciendo fila, esperando ser reubicada en un lugar más seguro. Esto me hizo notar un nivel de sufrimiento que jamás he experimentado en persona. He visto muchos desastres en televisión pero nunca podría compararlos con uno visto como testigo directo. Fue extremadamente aterrador ver a la gente tratando de encontrar algo de comida que pueda haber sobrado de días anteriores o de prender fuego con sus propios cabellos porque no tenían nada más con qué hacerlo. También vi al ejército peruano tratando de levantar lo que quedó de algunas casas. Esto me dio más ganas de ayudar a los necesitados de mi país. Cuando empezamos este viaje pensaba en la fotografía solo como un hobbie, pero me di cuenta que quiero continuar desarrollando mis habilidades y técnicas como fotógrafa. No creo que quiera ser una fotógrafa callejera pero sí experimentar otros géneros fotográficos. Esta experiencia me hizo ver el mundo de distinta manera y también de que soy extremadamente afortunada de vivir de la forma que vivo.
Claire Holmes
® Daniel Shin
® Daria Schieferstein
® Elisabeth Walstam
Los primeros pensamientos que vienen a mi mente cuando pienso en nuestro viaje a Perú son los de bellos paisajes, que veíamos cuando viajábamos en la camioneta, en los momentos mágicos que encontraba Ernesto, y en las paradas que hacíamos en el camino para poder para poder ir al baño. A primera impresión, Ernesto Bazan me pareció un buen tipo y me gustaron sus comentarios críticos. Pienso que sí me sirvieron mucho en cuanto a mi fotografía, pues viendo todo en perspectiva siento que crecí y mejoré mis imágenes durante el viaje. Me hubiera gustado no haberme enfermado los primeros tres días y que mi cámara no haya estado configurada de la manera extraña como estaba que causó que mis primeras imágenes salieran demasiado azules. Sus críticas y los puntos que señalaba nos servirán aún cuando la fotografía callejera no sea personalmente nuestro elección personal, porque las mismas reglas se pueden aplicar a los diferentes géneros de la fotografía.
Elisabeth Walstam
® Eunice Kim
® Grace Curatola
Comencé mi aventura peruana con bastante entusiasmo y curiosidad. Aprendí mucho de mí misma como también de los que me rodeaban. No puede decir que haya sido un momento de crecimiento en mi vida, pero sí uno de reconocimiento de mí misma. Tomaba fotos con Ernesto durante el día. Hice lo más que pude para canalizar a la fotógrafa documental que llevo en mi interior, pero luchaba con la desilusión al ver mi trabajo. Tenía ante mí muchos momentos que escoger; sin embargo, me sentía abrumada e improductiva. Guiada por Ernesto pude aprender de su forma de trabajar, y valoré sus métodos e ideas fotográficas. Él es realmente una inspiración para mí. Supe, al escuchar sobre sus técnicas y práctica, cuestionarme cada vez más antes de apretar el disparador. Me volví más consciente de mi encuadre y de los elementos que incluiría y de los que dejaría fuera. Quisiera continuar desarrollando mis técnicas fotográficas para lograr sentirme más libre y seguir creciendo.
Grace Curatola
® Haleigh Rimland
Asisto a la escuela Ross desde el 5to grado, he oído acerca del M-Term y he ido a varias de sus presentaciones, pero lo que experimenté en Perú fue mejor que cualquier presentación a la que haya ido. Fue una gran experiencia algo de la cultura peruana y su estilo de vida. Pude trabajar con uno de los mejores fotógrafos callejeros Ernesto Bazan, y aprendí habilidades, técnicas y a encontrar el momento “fotográfico”, aún en las más caóticas y tristes situaciones. También conocí lo mejor y lo peor de algunos de mis amigos. Convivir con la gente 24/7 puede ser duro, pero todos pudimos afrontarlo y pasarla bien. También aprendí mucho de mi misma como fotógrafa, con la ayuda de Ernestos, por supuesto. Al principio, tenía miedo que a Ernesto no le gustaran ninguna de mis fotografías, pues escuché muchas historias sobre lo crítico que fue con los estudiantes de Ross que tomaron con él un taller anterior. Resultó ser súper bueno, pero, en efecto, tenía que criticar nuestras fotos, así que debía ser exigente. Un día normal era ir por Cusco y sus alrededores parando frecuentemente a un lado del camino, donde sea que Ernesto viera un “momento mágico”, o explorando distintos pueblos y mercados. Practicamos nuestra habilidad fotográfica todos los días, no importaba dónde estuviéramos, siempre estábamos sacando fotos. Por las noches teníamos la crítica fotográfica, cuando no llegábamos muy tarde, o a veces teníamos crítica individual por las mañanas. Todo el tiempo que Ernesto estuvo con nosotros aprendí muchísimo de fotografía callejera. Aunque a veces me fue difícil “encontrar el momento”, Ernesto escogió ocho de las imágenes que seleccioné a la largo de una semana y media de trabajo. Mi parte favorita del viaje fue parar a un lado del camino a ver un campo cubierto de flores amarillas y moradas que tenían como fondo sembríos de diferentes extensiones y colores de verde y a lo lejos los picos nevados de la coordillera de los andes. Fue el momento más mágico que he visto. Otro de mis momentos favoritos fue cuando visitamos un criadero de alpacas y las alimentamos junto con las llamas. Mi parte menos favorita fue cuando me enfermé. Este viaje me ayudó a ser mejor fotógrafa, y a ayudar a las personas necesitadas. Todos los maestros hicieron un maravilloso trabajo, especialmente la maestra Martino que estuvo todas las noches en mi habitación cuidando de una de nosotras que se enfermó.
Haleigh Rimland
® Hayley Smith
® Kate Fitzsimons
® Kendall Shedden
Cuando vi el letrero “Bienvenidos a Cusco” al bajar del avión supe que que este viaje iba a ser grandioso. Pensaba en todas las cosas nuevas que podría vivir. Los primeros días tomamos fotos en la ciudad de Cusco y en las afueras. Fuimos a orfanatorios, escuelas, pueblos y fuimos testigos de inundaciones devastadoras. Aprendí muchas formas de tomar fotografías. Al principio tomaba las típicas fotos que toman los turistas, pero fui creciendo como fotógrafa a medida que pasaban los días. Mi objetivo era capturar a las personas en su vida cotidiana. Al final, no me importó mucho cuántas de mis fotografías fueron seleccionadas sino cuánto crecí, aunque también estoy contenta con mis fotos. Mi selección favorita es la que tomé en el pueblo que fue severamente destruido por la inundación. No tuve el coraje de tomar fotos en el funeral porque no sabía cómo reaccionaría la gente. Me sentí bien afectada por lo devastador de la inundación, y sé que lo recordaré por siempre. Disfruté de ir a lugares que normalmente los turistas que vienen a Perú no visitarían. Anduvimos por caminos de lodo al borde de abismos, jugamos con niños en las escuelas, caminando por el agua con mis botas impermeables, y aprendiendo de Ernesto solo con mirar cómo fotografiaba. Recuerdo cuando estuvimos en el pueblo inundado y a él no le importó estar hundido en el agua mientras seguía tomando fotos y hablando con una persona que acababa de perder su casa, lo que demuestra cuanto disfruta lo que hace. Tuve un desafío respecto a “capturar el momento”, como lo describía Ernesto. Siempre titubeaba antes de tomar una foto por asegurarme de que tuviera el encuadre correcto y la luz, hasta que perdía el momento. Me gustó la opinión que Ernesto siempre tenía sobre nuestras fotografías. Aprendí también de la crítica que él hacía del trabajo de los demás. Definitivamente me gustaría volver a Perú para ayudar en el orfanatorio y para ir a Machu Picchu en un futuro. Nunca olvidaré este viaje porque no sólo aprendí una perspectiva nueva sobre fotografía, sino también lo mucho que sufre la gente por las inundaciones.
Kendall Shedden
® Noelle Wyman
® Savanah Hoge
El M-Term del 2010 fue un viaje a Cusco, Perú. Fue, en definitiva, toda una experiencia de aprendizaje. Pude entender cómo editar mi fotografías encontrando el momento correcto, y comprendiendo que los ángulos correctos pueden mejorar visualmente una imagen. Hacia el final del viaje podía distinguir rápidamente cuándo y cuándo no tomar una fotografía que valiera la pena. Al principio del viaje tomaba cientos de fotografías cada día, pero al pasar de los días no pasaba de las 150 tomas. Además de ganar experiencia en mi aprendizaje fotográfico, pude obtener una idea global del país. Debido a la temporada de lluvia, la mayoría de las casas hechas de adobe (ladrillos de barro) quedaron destruídas. La lluvia también produjo deslizamientos de tierra durante nuestro viaje, lo que causó que muchos de los caminos por los que nos transportábamos se volvieran un poco peligrosos también. Definitivamente, fue interesante conocer un nuevo país, especialmente uno como Perú, viendo cómo vive su gente. Y ver lo fácil que puede la lluvia acabar con un pueblo fue traumatizante. Un día fuimos a uno de esos pueblos que fueron destruidos pocos días antes de nuestra visita y fue súper duro tratar de tomar fotografías. Anduve por un rato, en medio de la destrucción, viendo la capa de lodo que cubría casi todo, hasta los autos. Vi ropa y muebles regados por todos lados y pensé en qué pasaría si yo también lo perdiera todo. Por un lado del pueblo, la gente estaba aseándose con un poco de agua que estaba empozada, y por el otro lado, se estaba llevando a cabo un funeral. La sensación de muerte y destrucción definitivamente me llevó a una realidad que nunca antes había vivido, y me hizo darme cuenta de lo afortunada que soy. También fui muy afortunada de poder asistir a este viaje. Vi mucha belleza en un solo lugar y aprendí sobre una cultura nueva. También tuve la oportunidad de aprender y trabajar con un fotógrafo importante. Me divertí mucho también, por ser parte de un buen grupo de gente que la pasó tan bien como yo. Agradezco mucho a mi familia por darme la oportunidad de ir al M-Term Perú y de ir a una escuela como Ross.
Savanah Hoge
® Sylvia Laytin
Sudamérica, Perú, para ser exactos. Qué país tan increíble, tan diferente del día a día en Estados Unidos. Ir ahí, como experiencia del M-term, fue un giro en mi vida. Trabajando de la mano del fotógrafo mundialmente conocido Ernesto Bazan fue grandioso, pues aprendí muchísimo. Hasta fui testigo de primera mano de un desastre natural. La fotografía fue el objetivo de este viaje, y fue bastante ventajoso trabajar con Ernesto. Él nos enseñó fotografía callejera, algo que personalmente nunca había hecho. Nos enseñó a establecer una conexión con nuestros sujetos y a estar seguros de que todo era perfecto antes de tomar la foto. Noté que Ernesto se comunicaba con sus sujetos a fotografiar por lo menos unos 20 minutos antes de sacar su primera fotografía. Esta fue tal vez la parte más difícil para mí dado que no hablo ni una palabra de español. Una de las claves es no alertar al sujeto de tu presencia como fotógrafo. Tenía que esperar a que el entorno se acostumbrara a mí para que nadie me mirara cuando empezara a fotografiar. Otra cosa que aprendí es que el fondo debía relacionarse de alguna manera con mi sujeto. Pareciera haber absorbido lo que Ernesto nos decía cada día en la crítica de nuestro trabajo, pues veo cierto progreso en mis imágenes. Realmente disfruto estar en un lugar nuevo. Nunca había estado fuera de mi país, y Perú fue un gran regalo para mí. Los lugares, sonidos y hasta olores eran distintos a los de Estados Unidos. Era increíble el poder adaptarse a lo elemental de la vida que vimos en Perú. Los desastres naturales fueron una parte importantes de nuestro viaje. Desde trabajar en la escuela hasta ver de primera mano familias afectadas y casas destrozadas por las inundaciones. Aún cuando estas personas habían perdido sus casas y a miembros de su familia, encontraban la manera de alegrarse jugando simples juegos o haciendo cosas en común. Ayudamos a los pobladores de un lugar afectado por las inundaciones, proveyéndolos de algo de comer para sus niños y ancianos. Lo más duro de este viaje fue ir a este pueblo que había sido destruido por el río la noche anterior. La atmósfera estaba cargada de terror, y la muerte se sentía en el aire. Casas destruidas, animales enterrados por el lodo; además, presenciamos un funeral. Caminaba traumatizada viendo lo que pasaba a mi alrededor, y me sentía afortunada de saber que tenía el privilegio de dormir tranquila sin preocuparme de que mi casa sobreviviera la noche. Con mejorar mi fotografía y experimentar un evento extremo puedo decir que este viaje superó mis expectativas. Me siento muy agradecida por haber ido. Recordaré el M-term de Perú 2010 por el resto de mi vida.
Sylvia Laytin