Galería De Cajón
New York, USA 2010
® Benjamin Chambers
En el taller que realizamos en Nueva York junto a Ernesto Bazan pudimos trabajar la imagen através del lenguaje fotográfico observando, explorando y privilegiando sus dimensiones Poéticas. No me cabe duda que Ver se aprende y que Ernesto tiene mucho que enseñarnos sobre este arte. A la ciudad de Nueva York y a Ernesto mi profundo respeto, y agradecimiento.
Benjamin Chambers
® Juliann Petkov
“Todo es gestación y alumbramiento. Dejar que cada impresión y cada embrión de sentimiento lleguen a la madurez, por sí mismos, en la oscuridad, en lo inexplicable, en el inconsciente, más allá del alcance de nuestra inteligencia, y aguardar con profunda humildad y paciencia el alumbramiento de una nueva claridad: esto solamente significa lo que es vivir como un artista, al comprender y al crear… En esto no hay medición del tiempo, un año no importa, y diez años son nada. Ser un artista significa: no enumerar ni contar, sino madurar como un árbol, que no apura su savia, y que soporta con confianza las tormentas de primavera, sin miedo a que tal vez el verano no llegue. Y llega. Pero solo para aquellos que son pacientes, que permanecen ahí como si la eternidad estuviera frente a ellos, vasta y despreocupadamente en silencio. Aprende cada día de mi vida, con dolor. Estoy agradecido por: la paciencia lo es todo” – Rainer Maria Rilke, Cartas a un Joven Poeta.
Encontré esta cita abridora por primera vez en el libro de Ernesto, BazanCuba, que yacía sobre los paneles de madera del ático de un amigo. Al emprender la aventura que supone un taller de Ernesto, creo que puedo decir que comprendo lo que significa. El primer día de clase, mi inmediata aprehensión inicial fue el no tener absolutamente ninguna idea en qué me estaba metiendo. Era la más joven y la menos experimentada del grupo, un estudiante de pregrado en Artes Liberales con solo una clase de cuarto oscuro entre mis créditos. Entré a la casa de Ernesto sintiéndome impaciente, disgustada y temerosa de todo lo que ignoraba sobre fotografía. Sin embargo, Ernesto y los otros cuatro estudiantes del taller me dieron un trato cálido y respetuoso desde el primer día. No podría haber pedido un mejor profesor. Ernesto me enseñó la paciencia. Durante el taller, deambulé por los muelles de Cony Island, esperando y buscando el “momento fotográfico”, recordándome a mí mismo, como decía Ernesto, no tomar una foto a menos que ésta “hiciera palpitar mi corazón”. Por momentos, especialmente al principio, caminaba por horas de horas sin encontrar nada, ni sentir el momento, desperdiciando tomas y componiendo mal. Cuando finalmente tomé mi primera “buena” foto, Ernesto estrechó mi mano diciendo: felicitaciones, es tiempo de más. Él es un crítico exigente y honesto que cree en el potencial de sus estudiantes. Del taller de Ernesto aprendí a ser paciente y a no tener miedo, y hasta a tomar buenas fotos.
Juliann Petkov
® Karen Hayes Thumann
® Marlaine Glickman
Durante los 10 invaluables e inspiradores días con Ernesto he crecido no solo en mi apreciación sobre la fotografía sino en mi forma de ver a través del lente; a discernir sobre la delgada línea entre fotoperiodismo y poesía, y cómo cruzarlo con mis imágenes.
Marlaine Glickman
® Pablo Cozzaglio
Qué experiencia de vida este taller: conocer la maravillosa persona y Maestro que es Ernesto Bazán. Me ha mostrado que las fotografías más bonitas trascienden a la técnica, al interés editorial. Aprendí a trabajar desde el corazón, a crear momentos sencillos pero hermosos. Que cada foto sea una historia por sí sola, que no tenga tiempo ni lugar. No fué tarea fácil, como fotoperiodista apasionado divorciarme de esta obsesión por la perfección técnica, por la densidad y utilidad de los contenidos. Pero Ernesto y su pasión por la vida y por la belleza de los instantes puramente humanos, con una sencillez absoluta, me guió, conmovió y sobretodo, sirvió de ejemplo para empezar, sólo empezar, lo que siento es el proceso más importante dentro de mi carrera como fotógrafo hasta ahora: fotografiar desde el alma, mirando con en corazón. ¡De cajón! ¡Gracias Ernesto!
Pablo Cozzaglio