Galería El Tercer Elemento
New York, EU 2009
® Dallas Mcnamara
A último minuto decidí llevar el taller de Ernesto Bazan en Brooklyn, por recomendación de un amigo fotógrafo y luego de explorar el web site de Bazan y de una sensación visceral muy fuerte. Llegué en el día uno, su puerta delantera se abrió de forma casual. La casa de Bazan estaba llena de lindos sonidos de sus hijos Pietro y Stefano, y de la hospitalaria sonrisa de su esposa Sissy.
Sin perder tiempo, entramos todos. EB nos dio su parecer sobre nuestros trabajos anteriores a su taller, llevándose una impresión de nuestro enfoque fotográfico y preguntando hacia dónde apuntábamos. Editábamos nuestro trabajo cada día. Bazan es un editor exigente, pero como él nos dijo: “Quiero que su trabajo no solo sea aceptable para ustedes ahora, sino que pase la prueba del paso del tiempo y que siga impresionándolos así pasen los años”. También pasamos momentos mirando el trabajo de otros fotógrafos, visitamos galerías, husmeamos en su impresionante colección de libros de fotografía y, por supuesto, analizamos su propio trabajo.
Aprecio como Ernesto dejó que desarrolle mi propio estilo. Él me exigió mucho y hacia el final del taller siento que mi fotografía y mi ojo han evolucionado. Cambié como fotógrafo, y hasta me aventuraría a decir que como persona; sobre mi lugar en el mundo, como fotógrafo. Un taller de este calibre es lo que necesitaba en todo sentido y a todo nivel.
Fue un honor trabajar con Ernesto Bazan. Él enseña del mismo modo que toma fotografías, como vive: con su corazón, su alma y su mente. Espero muchos talleres más y vivir más experiencias con Ernesto, y esa belleza y magia que él ayuda a crear. Amor y paz para tu familia y para ti.
Dallas McNamara
® Laura Oliveros
Fue una experiencia única. Gracias a Ernesto aprendí y entendí cómo se forma un fotógrafo. La vida está construida a partir de situaciones y momentos que para un fotógrafo son experiencias fotográficas. Ser un fotógrafo significa ver cada momento con otros ojos. Tal como lo dice Ernesto, debemos ser cazadores de situaciones que nos muevan ese ojo interno (el corazón). En el trabajo de Ernesto se ve reflejado su posición acerca de la fotografía. Este taller fue un espacio para crecer como fotógrafa, en donde se fortaleció mi criterio de lo que es una buena fotografía.
Adicionalmente a esto la critica, la aprobación, el rechazo y la discusión también jugaron un papel crucial. Pero lo más importante es que entendí que la fotografía es la vida, en el sentido en que se va construyendo a sí misma a partir de las diferentes experiencias. Por lo tanto la alegría, el sufrimiento y demás sentimientos se reflejan en las fotos, permitiendo que nazca un lenguaje propio y único.
Laura Inés Oliveros
® Stan Raucher
Mi taller en la ciudad de Nueva York con Ernesto fue una experiencia increíble. Él es un fotógrafo talentoso, un maestro excelente y un ser humano maravilloso. Realmente me ayudó a afinar mi mirada y a mejorar mi edición. Él tiene la habilidad de decir claramente qué funciona y qué no en una imagen. Estas habilidades para la edición se vieron traducidas en mi estilo de fotografiar, así, mientras progresaba el taller me iba volviendo más selectivo al fotografiar. El bono extra de este taller fue la oportunidad de compartir momentos y cenas con Ernesto y su familia. Este fue mi primer taller con él, y ciertamente buscaré llevar muchos más en el futuro.
Stan Raucher