Galería Chango

Trinidad, Cuba 2005

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® Carlos Benet

 

Personas distintas, distintos pensamientos, distintas percepciones, diferentes maneras de ver e interpretar la realidad, diferente forma de plasmarla, distintas edades, diferentes culturas, un hilo conductor…

Aprendices de mago, malabaristas jugando con la luz (diafragmas, velocidades), intentamos capturar el tiempo, congelar los espacios en un pequeño trozo de plástico emulsionado; mostramos las formas, las texturas, los grises, los blancos, los negros, diferentes maneras de observar, de sentir y transmitir sensaciones, desde las formas más abstractas a las realidades más perceptivas.

Embrujados por la magia de poder parar el tiempo, de observar, de sentir, de imaginar, de intentar manejar las luces y las sombras, viajamos por los lugares más cotidianos intentando buscar esa otra mirada que nos lleve a sentir algo diferente, otra manera de ver lo mismo y clic……ya tenemos otra. Nos llenamos de imágenes que después repetimos en nuestra mente. Carlos Benet

 


 

® Francesca Partesi

Fue un viaje decidido al ultimo momento sin bien saber que cosa hubiera encontrado. Después, el día de mi regreso a Italia, eché una mirada atrás y vi todo aquello que estaba dejando: las conversaciones en la calle con quien sea, las sonrisas que lucían sobre los rostros color ámbar, la sensualidad alegre de la música y las sensaciones de ser verdaderamente parte de aquel lugar y de nos ser simplemente un “visitante”.

Pero la cosa más importante fue que gracias a Ernesto, logré imprimir estos momentos únicos no solamente en la tela de la imaginación; aprendí cosas que jamás me hubiera imaginado y logré captar momentos de vida cotidianas en una óptica totalmente diferente. Fue maravilloso haber sido parte de este taller. Muchas gracias. Francesca Partesi

 

 


 

® Mia Tran

Las impresiones y las experiencias que me llevo dentro acerca de Cuba: una clase de karate para jóvenes y viejos; una joven y sencilla mujer embarazada excitada de ver CSI; niños jugando cuatro esquinas con sus bocas abiertas; un enano rubio que me persiguió hasta la casa; un caballo albino tristemente parado bajo un sol caliente; deliciosos expresos cada día, siempre; jubilados que adoran bailar y nuca dicen que no; descifrar el enigma del español cubano; espejuelos de otros tiempos grandes y rotos arriba de rostros arrugados; algunos cubanos altos y alongados con los cuellos más largo del mundo; los ojos entre azul y verde sobre rostros bronceados que parecen estar hecho de piel de animal; las estatuas de José Martì que puntean el paisaje de muchas instituciones cubanas; niños practicando boxeo; peleas de gallos; papalotes hecho en casa; una cabalgada en un valle; un tren a vapor con su rabo de humo negro; cakes de colores fuertes vendido en la calle; la gente que come pan en la calle; cantar canciones de Navidad en español con unas niñas de doce años; el jugo de toronja más rico de mi vida, preparado por gente que cree en la propiedades curativas del agua; el fresco perfume de caca de caballo; las deliciosas, gomosas, goteantes pizzas cubanas; jóvenes chicas sueñantes organizando un desfile de moda.

Lo que aprendí durante el tiempo trascurrido en Cuba ha sido muy interesante: una manera más refinada de componer debido a los criterios perfezionisticos y a las interminables sesiones de edicion de Ernesto. Se siente hablar de la “verdadera” Cuba – y quizás también esto es un cuento para los turistas – pero sentí de haber vivido esta experiencia. Cuba fue un desafío, tan excitante como frustrante. Excitante no solamente por los carros viejos y los increíbles edificios y la sensación de estar en un lugar que ha quedado rezagado en el tiempo. Excitante porque los Cubanos no tienen el privilegio de ser inhibidos – fue una nueva experiencia para mi en casas de desconocidos, ser visto por los habitantes del lugar que gentilmente me hacen una seña para que yo entre. Estas visitas fueron frustrantes también: a veces sentía que no podía entablar una conversación genuina sin que no me pidieran dinero al final. Y por otro lado, me sentía mal porque no podía ayudar a todas las personas que me hubiera gustado ayudar. Pero al final, lo que me sorprendió más fue la falta de materialismo de la gente – a los cuales no le importaba que tipo de ropa me pusiera o que mi español no era bueno. Sencillamente la gente dejaba el tiempo transcurrir divirtiéndose. Buenas o malas, todas mis experiencias han sido memorables. Aunque no hablo mucho español nunca me sentí aislada…

Fui capaz por lo meno de ir un poco más en profundidad, de ser más en sintonía con la atmósfera. Espero solamente que mis fotos hayan empezado a hacer lo mismo. That Mia

 

 


 

® Roberto Tognella

Pueden, en solamente diez días, concentrarse tantas emociones que, en la aburrida rutina cotidiana no te espera que van a acontecer ni en un año entero? Sucedió en Cuba junto a Carlos, Francesca, Willem, Steve, Mia, Vincent. No hubo el tiempo de conocernos, fuimos amigos enseguida. Y no podía haber sido de otra manera! Los Cubanos no nos permitieron tomar distancia come se hace usualmente en el mundo desarrollado donde vivimos. Nos desarmaron con su espontaneidad, su dulzura, su robusta humanidad. Y entonces no pudimos hacer otra cosa que abrir el corazón, dejarnos ir. Sucedieron algunas metamorfosis en todos nosotros. Fue emocionante verme florecer, ver los demás florecer. Fotografiamos de verdad! Ernesto sabia que hubiera pasado, por que para explicarnos que es la fotografía callejera, nos habló de fotografiar con el corazón… Tenia razón de escribirle que durante este taller èl estaba jugando en casa. Roberto Tognella

 

 


 

® Stephen Dyer

 

 

 


 

® Vincent Goh

 

Ernesto,
Desde que regresé a casa hace más de una semana, me encuentro a luchar conmigo mismo para poder juntar todos mis pensamientos con respecto a este viaje increíble que ha sido tu taller.

Es muy difícil expresar verdaderamente con palabras la maravilla del tiempo y de las experiencias que viví, un tiempo y una experiencia que siempre recordare con cariño.

Ho cabe alguna duda que tomé la decisión justa en participar a tu curso. Y hasta vivir esta experiencia cubana fue algo que jamás me hubiera esperado vivir.

La manera más esmerada para describir todo leso es que me hiciste una sofisticada operación láser a mis ojos, también me reprogramaste, mejoraste y instalaste un nuevo software del lenguaje visual llamado “ver más allá del ver” dentro de mi viejo corazón/disco duro. Porque regresé a mi casa con un nuevo par des ojos, una mayor consciencia y un renovado sentido de dirección, totalmente inspirado e iluminado. Estoy también sorprendido que haya logrado sobrevivir a los once días de presiones y a la intensidad del taller que proponía desde siete a diez horas entre sacar fotos, tu enseñanza y las actividades del grupo. La energía que yo encontré para poder seguir el taller tiene que venir de la energía positiva del grupo, la pasión y la inspiración. Nunca hubiera logrado ver la “verdadera” Trinidad si no hubiera habido tu taller y tu conocimientos. Ahora Trinidad tiene un lugar especial en mi corazón.

Una experiencia verdaderamente real para mi fue conocer Changó y las celebraciones de santería en su honor. Los intensos momentos imbuidos y inmergidos en un mar de sudor bajo el ritmo hipnótico de los tambores, el baile de los espíritus en su complejidad. Estas son cosas que ni la cámara fotográfica ni la película pueden atrapar. Creo que sea mejor sencillamente vivirlas. Cuaba me ha dejado una profunda impresión, especialmente el espíritu cubano: “Tomate el día y viva la vida a lo máximo” porque aún estoy bajo el efecto de la “fiebre” cubana.

Como dice el proverbio: todas las cosas lindas tienen su fin. Para mi, al contrario, mi viaje fotográfico acaba de empezar, con este nuevo nivel de conocimiento que me diste. Tu humilde estudiante, Vincent Goh

 

 


 

® Willem Kuijpers

Finalmente me puedo relajar un poco…la primera semana del nuevo año terminó y todo parece regresar a la normalidad. Entiendo siempre más, cuanto haya sido especial Cuba. Cuanto pueda ser rica la gente pobre y cuanto pueda ser pobre la gente rica…

Después de veinticinco años de fotografía comercial, una nueva dimensión ha entrado en mi vida/trabajo tanto como fotógrafo que como ser humano. Hasta he empezado a botar la mayor parte de esta “basura” y espero poder encontrar algunos diamantes adentro los pliegues. Y aún es difícil “matar” algunas fotos de las cuales estoy pegado.

El lunes empezaré nuevamente mis clases de español y seguramente me prepararé para la próxima experiencia cubana. Willem Kuijpers

 

 



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