Galería Patagonia

Ecuador 2004

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® Alessandro Iasevoli

 

Tengo tres grandes pasiones: la fotografía, viajar y el América Latina.
Cuando supe que un fotógrafo italiano emigrado a Cuba iba a dar un taller en Ecuador, pronto entendí que esta mezcla hubiera podido ser explosiva para mi.

Ernesto no nos ha pontificado para decirnos como sacar buenas fotos. Simplemente nos llevó consigo por las calles y los campos del Ecuador en su incesante búsqueda, en su curiosear, descubrir lugares, gente y situaciones. Las fotos vinieron después.

A parte la belleza del viaje y el valor de las personas con las cuales compartí once días intensos de vida y fotografía. La enseñanza más grande que he sacado de Ernesto tienes que ver con la magia de la fotografía.

Trabajar con el me convenció que la gran mayoría de las fotografías que consideramos buenas en realidad les falta algo: están carente de magia.
Esto nuevo aproche requiere de mirar más allá del dato descriptivo, buscar el elemento que hace la diferencia, aquel elemento que, aunque aparentemente insignificante, “hace la foto”. Una mirada, una expresión, un gesto, una línea o una rara combinación de elementos que, aunque sean presumiblemente desordenados, se armonizan en aquella fracción de segundo cuando saca la foto.

Prescindiendo de los resultados tangibles del taller (les diez fotografías seleccionadas) la cosa más importante ha sido el adquisición de una mirada hacia la realidad de segundo nivel, la que non aparezca primera vista y donde a menudo se esconde la magia de la foto.
La otra grande enseñanza que el taller me dio ha sido capturar aquella presencia escondida haciendo un selección feroz .

Solamente un severo proceso de edición puede lograr que la magia emerja de la miríada de fotos sacadas, permitiendo solo a aquellas imágenes que verdaderamente van más allá de la mera documentación de sobrevivir.

Ahora miro las diez fotografías que sobrevivieron la edición salvaje de Ernesto. Y más las miro y más tengo gana de volverlas a editar, para seleccionar nuevamente, para “matar” algunas más y hasta dejar solamente una o quizás ninguna. Así que sin fotos seleccionadas, tendré la excusa de tomar un vuelo a América Latina para poder seguir el próximo taller de BazanPhotos y poder perseguir nuevamente la magìa. Alessandro Iasevoli

 

 


® Alvaro Chiappini

 

 

 


 

® Frank Baudino

 

 

Ecuador: un lugar verdaderamente encantador. He encontrado mucho por admirar en la generosidad de la gente que nos dio la bienvenida con sus brazos abiertos.
Mientras nos acercábamos a una hacienda cerca de Giron como completos desconocidos – cincos extranjeros de apariencia poco tranquilizante con arriba cámaras fotográficas – se nos dijo de sentarnos y tomar desayuno.

Nos dijeron de considerarse su casa como la de nosotros. Nos permitieron de fotografiar con total libertad la ceremonia de los toros. Tuvimos la posibilidad de sacar fotos verdaderamente muy fuertes.

No puedo pensar a ningún lugar en Estados Unidos donde algo parecido hubiera podido suceder.

Otro maravilloso recuerdo ha sido fotografiar un pequeño circo en Cuenca. La carpa era pequeña y estaba rota, pero las imágenes que sacamos son muy lindas. Los integrantes del grupo eran cuatro jóvenes hombres que intercambiaban los roles de payazos, cantantes, acróbatas, comedores de fuego y domadores (un llama era el único animal). Los payazos eran particularmente divertidos y compartí muchas risas con el publico mientras ellos le tomaban el pelo a todo el mundo.

Es difícil hablar con el corazón de algunos aspectos del Ecuador: la tremenda pobreza de los campos en contraste con la ostentación de los ecuatorianos que tuvieron suerte en EU; la brutalidad de la matanza de los toros yuxtapuesto al sacrificio necesario de los animales para comida.

Fui a Ecuador para vivir la vida de manera más plena y no me quedé desilusionado.
Durante los once días del taller, cominos, dormimos, soñamos fotografía. Empezamos a sentir y a entender la cultura ecuatoriana en la cual nos sumergimos.
Durante los últimos días en Quito tuvimos que “luchar” con los miles de fotos que cada uno había tomado y seleccionar diez fotografías.

Nos divertimos mucho, hablamos animadamente de nuestra fotografías, la defendimos, nos pegamos emotivamente ( para después separarnos) a nuestras imagines. Al final, las nuestras diez fotografías expresan una visión muy personal de la vida en Ecuador que va mas allá de la mera superficie descriptiva y transcienden la realidad. Frank Baudino

 


 

® Wendell Hammon

 

Mientras mi mente anda por las calles, las plazas, los animales, los mercados, los pueblos y el campo de Ecuador, continuo a ver imágenes de cosas que nunca olvidaré, de cosas que quisiera poder volver a fotografiar nuevamente, de momentos cuando he sacado las fotos perfectas que después no aparecen en las hojas de contactos, y vuelvo a vivir las historias que las acompañan.

Naturalmente, el taller me ha dado todo un método para aprender y mejorar mientras trabajaba codo a codo con otros buenos fotógrafos cuya ayuda me dio el empujón extra para buscar el momento, intentar nuevas ideas, componer más de una foto.
Las oportunidades abundan en los viajes para registrar en mi mente y con la cámara recuerdos increíbles de cada día.

También haberme encontrado en el medio de los gases lacrimógenos, abrió los ojos a quien son los Ecuatorianos. Pasionales y motivados en su esfuerzo de tener un país más justo y eficiente.

Mientras mi mente hace zoom en la experiencia, veo aún las fotografías, los elementos que hacen mis imágenes especiales y mías. Miro a traves del lente de mi mente en maneras novedosas y el viaje fotográfico continua.

Wendell Hammon

 


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