Galería Sissy and Willard´s Eggs

El Valle Sagrado de Cuzco, Perú 2014

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® Linda Kay Myers

 

Este mes de mayo asistí a mi tercer taller en Perú con Ernesto Bazán. El paisaje era absolutamente impresionante y me encantó fotografiar las personas que trabajan en los campos cosechando el maíz, la papa y otros cultivos. Nos la pasamos de maravilla y disfrutamos de visitar a los niños de la escuela mientras celebraban su fiesta. Creo que esa área de Perú es uno de los lugares más bellos del mundo.
Espero que estas fotografías hayan capturado un poco de la belleza del país.
Linda Kay Myers

 



 

 

® Sandra Pereznieto

 

La belleza de las montañas peruanas en el Valle Sagrado es indescriptible.
Llega despacio y me envuelve sin precauciones. Por instantes me siento desbordada, mis ojos miran, mi alma se sabe al descubierto, me es difícil dilucidar si la belleza que aparece ante mi es verdad o fruto de mi imaginación. Quisiera tocarla para asegurarme que está ahí, y en ese espacio de dudas, camina hacia nosotros una mujer indígena entre la llovizna. Corre sonriente a recibirnos en su humilde hogar. Entiendo entonces con absoluta certeza que esa es la cara de la felicidad más sencilla y que la estoy tocando con el alma despierta.
La tierra milenaria me reconoce, me recibe, y  la imagen queda grabada en mi piel para perdurar en el tiempo.
De vuelta a Pisac me enfrento a la dura tarea de edición y busco incansable la cara de esa felicidad genuina entre mis imágenes, esperando reconocerla ahí donde está. Pero me doy cuenta de que la tarea me queda grande. Tengo demasiado cerca del alma el arcoíris que podías tocar con solo estirar la mano entre la lluvia fina; siento el sol rasgando las nubes que bajaron a jugar con las montañas; siento la silueta de esa mujer que ahora nos despide desde ese pequeño trozo de montaña que llama su casa y nos pide que volvamos pronto, y el perro que ya no me ladra entre los caballos pastando, y esa infinidad de llamas y alpacas que aún me miran con sus caras de viejos; siento el brillo del sol tocando las gotas de agua que las empapan, y aquellos dos gatitos que buscan refugiarse frente al fuego, y el canto de esa lengua Quechua que me emociona hasta las entrañas.
Caigo al vacío esperando que Ernesto con su experiencia y sabiduría, sabrá cómo ayudarme, y con esa profunda paciencia y esa generosidad suyas, me tiende una mano honesta. En seguida comienzo a sentirme más ligera. En el aire se escuchan los colibríes cantando y arropada ahora por Willard, Sissy y Linda K, me siento a observar como editan mi vida desde fuera. Y en aquellas imágenes veo reflejada, por primera vez, la intimidad y el silencio de mi alma.
Sandra Pereznieto

 



 

 

® Willard Pate

 

He dado la vuelta de la esquina de veinticinco talleres con Ernesto, un cuarto de cien, y ya comienzo con el próximo cuarto. Era lógico que tanto el taller veinticinco como el taller veintiséis se encontraban en la sierra del Perú, mi destino favorito.
Como siempre ha sido un reto subir hacia las cumbres de las montañas y los nuevos horizontes fotográfico.
Pero Ernesto sigue siendo una guía inspiradora. Y esta vez fue maravilloso tener también la presencia de Sissy aunque me forzaba a tener que mirar demasiados huevos. Willard Pate

 



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