The Blessed Ones (CSI Cuzco)

Cuzco, Perú 2006

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® Sara Dominici

El nombre de mi quinto taller peruano: Los Bendecidos (CSI Cuzco) expresa perfectamente este viaje inolvidable. Unos de los primeros días Sara y yo hemos vivido una experiencia increíble de ser testigos de una autopsia del cuerpo de un hombre fallecido en circunstancias misteriosas en un lugar perdido entres las montañas. No podíamos creer a nuestros ojos que se nos había concedido el improbable permiso de poder fotografiar este momento que no se alcanza de ver todos los días. El día después junto a Marc nos encontramos en el medio de una boda. Pero una vez que entramos en el patio de la casa, nos dimos cuenta que estos eran solamente los preliminares de la fiesta. Unos instantes más tarde, fuimos invitados a la celebración “oficial” en un pequeño pueblo a cuatro mil metros de altura. Llegándoos fuimos recibidos por un stormo de cotorras salvajes volando sobre nuestras cabezas. Que espectáculo ver su grande felicidad mientras volaban en el cielo terso.

La luz era mágica como los eran algunos de los momentos que fluían delante de nosotros. Trabajamos duro para tratar de arrestar instantes interesantes. Después de habernos despedidos de nuestros novios regresamos a Maras. El van lentamente recorria la carretera sin asfalto que tenia a los dos lados montañas majestuosas. Los Andes recubiertas de nieve se extendían vastas delante de nosotros. Con nuestra grande sorpresa, una vez entrados en el pueblo, nos encontramos con el cortejo fúnebre del hombre que se había muerto dos días antes. Tomé la decisión de seguir la pequeña muchedumbre que se encaminaba lentamente hacia el cementerio en las afueras del pueblo. No fue fácil documentar el llanto desesperado de los niños por la repentina muerte de su padre. Pero nadie parecía objetar nuestra presencia. Un hombre empujo dulcemente algunas personas para darme un mejor ángulo. La luz se estaba apagando mientras el ataúd encontraba su descanso definitivo. Me acerqué a la viuda. Le entregué una pequeña suma de dinero para el futuro difícil de tener que criar seis niños sola. Me abrazó fuerte por algunos instantes. En aquel momento sentí que estas increíbles epifanías eran la señal clara que Perù se iba a convertir en el país que había sido destinado donde profundizar mi vida fotográfica. Prestaré atención en estas señales divinas y trataré de regresar en Perù más a menudo en los años a venir. Otros talleres serán planificados en los próximos años para descubrir y compartir con mis estudiantes este fascinante país. EB

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